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Sólo pienso…

Algunos van a pasos lentos, como yo, otros van a pasos más rápidos, como la luz. Pero el tiempo no puede ser excusa, sea mucho o poco, para no lograr tus objetivos. Esta es la lección.
Espero poder decirles que aprendida.

Enguaisi…

Es curioso eso de los nuevos horizontes. Ya de regreso en Caracas, sentada frente a la misma ventana que alguna vez extrañaré, confieso que este viaje me hizo ‘ganar’ muchas cosas.

No, al menos no por ahora, hablaré de la aventura en sí, pero puedo decir que NYC es definitivamente el ombligo del mundo y como ciudad fue perfecta para mi. Regresé con la misma sensación que regreso de Bogotá…un sentimiento de pertenencia, de saberme cada calle, de no tener miedo a ningún rincón, de haberme caminado mil veces sus st. o sus av., y no perderme. Al menos no sentir que estoy perdida…

Amo los colores. No es que no los amara antes pero ahora quiero vestir de colores. Ser un color cada día. Gracias a Van Gogh, Dalí y Warhol que me presentaron su arte face to face. Las calles, el subway, el desayuno en aquel parque, los coches, el teatro, el reloj, la gente. Cultura viva debajo de cada piedra. Por todo eso que va más allá de lo que simplemente vemos. Por toda esa gente que se fuma una lumpia para crear algo que será admirado. Por el mundo y sus complicaciones.

A mi regreso me he reencontrado con buenos amigos. Con mi novia y con la tuya, con la prima gay que salió del closet. Con mis canas y tu familia. Con un mundo gigante donde cabemos todos, así como ocurre en Mahattan. Ahora hay que seguir caminando, seguir siempre…porque todo va tan rápido y creo que la mejor elección es sentarse y disfrutar. Dejar de correr.

Hay sueños que se cumplen y otros que no, pero eso no quiere decir que haya que dejar de intentarlo. No dejaré de hacerlo aunque haya días que me cuesten y noches en las que vuelvas a ser sólo una estrella o el cuento perfecto que me inventé…

Prometo ver al mundo con los ojos bien abiertos para no perderme de nada, ni siquiera de ti, aunque ya no estés y yo siga buscando.

PAL-21

Siempre he odiado las despedidas. Así como los velorios, los hospitales, las graduaciones, los últimos días de clase, cualquier cosa que implique un final…Bien podría ser una profunda aversión a romper con una rutina establecida o el culto a aquella frase «soy un animal de costumbre».

Lo cierto es que ayer me tocó despedirme de mi carro. Y no es porque haya sido El CARRO, aunque, sí, lo fue. La obsesión de tenerlo, el esfuerzo de haberlo comprado, el buscar plata por aqui y por allá, el crédito, las idas a la playa, las veces que conduje borracha luego de una rumba, el choque, las idas a la Colonia Tovar, la agonía de estar sin carro por alguna reparación, el PODER de llegar a todos lados sin esperar una cola (un aventón)…el primero.

El que mi hermano menor haya podido hacerlo antes que yo…el comprarmelo yo porque eso de cumplir la mayoría de edad y encontrar las llaves en la torta de los 18 jamás iba a ocurrirme…tantoooo significaba mi carro.  

Jamás hice el amor dentro del corsita. A lo sumo me di unos buenos besos. Nunca dormi dentro de él, le hablaba, lo besaba, a veces le decía lo maravilloso que era tenerlo, sobre todo cuando veia a alguien más creído que yo pasando penurias por no tener un carro. Aunque sea algo material y yo no sea muy apegada a las cosas, dejarlo ayer en manos de mi hermano y su esposa fue encarar el comienzo de mi partida.

Tenerlo por casi dos años y llegar a un increible kilometraje de 22 mil fue una hazaña que contaba con orgullo… 

Nuevamente y por segunda vez en mi vida decidí irme del país. Una puerta abierta en otro lugar y la posibilidad de un mejor trabajo, a estas alturas=un negocio propio. Al menos es lo que espero. Hace 13 o 14 años, ya no recuerdo, tomé la misma decisión. LA MISMA.

Ya tengo 10 años aquí, de regreso…Hoy sentada frente a mi computadora, en la casa de mi madre, veo el centro de la ciudad…con dolor contemplo una Caracas que no siento mia, me siento una extranjera más. A veces creo que nunca volví…a veces siento estar pisando un país que desconozco. Gracias a Dios esa misma ventana me deja ver el Avila.  

Anoche después de entregar las llaves me moría del miedo. Lloré y lloré mucho. Lo vivido es como una marca…un estigma…nadie quiere repetir una historia dolorosa.

Sobre todo porque ya no soy la misma niña que sin cumplir los 18 años se fue de aventura y regresó una mujer lesbiana y con el corazón roto.

Verde lejos…

Así estaba sentada, de brazos cruzados, mangalarga, ausente. Iba con esa inexpresiva mirada en el rostro, como la de la gente que se olvida que hay una vida fuera de sus pensamientos.

Llovía, y no es una cosa lúdica, yo iba contando las gotas. Estábamos una frente a la otra pero no nos habíamos percatado de eso.  Si algo compartimos esos minutos-que fueron breves-fue el vacío, pero hay que sentirse así para darse cuenta de lo que se es realmente, lo que se siente, sin enajenaciones.

Palabra complicada.

Sin aire y rodeada de gente extraña, hundida en el bullicio de una ciudad como Caracas, entre aluminio, sudor y cemento descubrí que el verde es mi color favorito. En la medida que mi ‘camionetica’ transitaba por la av. Libertador un árbol desnudaba todo su esplendor ante los tímidos rayos de sol de una tarde cualquiera que ya se iba. Otro…Otro…otro…no son muchos pero cuentan si se comparan con la nada. Atrás estaba el inmenso cerro y su verde oscuro…verde lejos.

Recordé una vez, hace unos cuantos años, y estando muy enamorada, mejor dicho, muy despechada, haber visto a quien creí era el amor de mi vida en esos reflejos. Asomada desde la ventana de la que era mi oficina en aquel entonces, los rayos de otro ocaso alumbraban para mostrarme toda la gama de verdes de un viejo árbol al que le construyeron una universidad alrededor. Y en ese reflejo de hojas verdes, verde mata, verde vida, dorado sol, aire y arcoiris…estaba ella. Nada de lo que había-habíamos vivido-se parecía más a ella que eso que sentí en aquel momento. Creo que es lo más sublime que me ha pasado…nunca más.

De vuelta a mi propio reflejo, recordando si eran gotas o lágrimas, me sentí, me ‘transformé’ por segunda vez en mi vida en algo sin piernas y sin brazos, como si todas las partes de mi cuerpo fueran inútiles. Inútil todo…lo único que me mantenía con vida era el escaso verde que resaltaba bajo mi mirada.

Entre la gente, la calle, la cola y los carros, la tarde que se iba como la vida misma, estaba aquella mata de mango llegando al ‘Country’ y un pequeño bosquecito de bambú. Lástima no me pude parar y tuve que seguir rodando.

MW

mariposa traicionera

Esta historia nada tiene que ver con traiciones ni desencantos. Es la historia de una mujer que un día quiso separar lo que sentía su alma de lo que sentía su cuerpo y salió jodida. Nadie nunca la entendió, nadie jamás la perdonó, pero a ella fue a quien le tocó la tristemente célebre tarea de justificar cómo aquello que sentía su alma solamente podía liberarse a través de cada poro de su cuerpo.

Cada palpitación en su dedo índice, cada torrente de adrenalina, cada latido acelerado, la convencían de que simplemente tenía que hacerlo. «Tuve que besarla y que ese beso rompiera mis labios», me dijo.

Y quién soy yo para juzgarla. No puedo meterme en su cabeza y entenderla. No, no pude entenderla. Es difícil elevarme y pensar que algo que vaya más allá del cuerpo simplemente esté atado a dejar hacerse de esa manera, que más bien a mi me parece que tiene que ver con un instinto animal que con algún sentimiento «supremo». Pero ese era su argumento.

Y sí, creí que estaba loca. Pero ahora que lo pienso, conoces alguna otra manera de expresarle a alguien que lo amas que vaya más allá de la piel que tenemos. En qué clase de jaula inmensa estamos encerrados???

-Cuando ese amor va más allá se llama «sacrificio y paciencia», replicó.

-Sacrificio y paciencia, repetí en voz alta, reclamándole una explicación.

Quién se creía que era para enseñarme lecciones de amor ¿Ah?. Yo que me había olvidado de todas esas cursilerías baratas del galanteo, y ya tenía mi historia escrita…

– ¿Qué más sublime que tus ganas?, me preguntó para dejarme sin respuestas. «Esa no es la forma más etérea de saber que me amas y que deseas esto tanto como yo», recordó textualmente… para luego clavarme su mirada cual hacha afilada que busca sólo una respuesta.

Qué podía decirle mientras sentía sus huesos crujir entre mis brazos, cómo podía responderle si sólo podía pensar en sus cabellos rozando mis manos, en mis dedos mientras jugueteaban infantiles con su pelo suelto. Lo admito, era una autómata de mis deseos. Una esclava de sus intenciones. Una más de sus trofeos.

-«Que par de tontas» alcanzó a susurrar en mi oído.

Y nos entregamos al más mortal de los actos. Y finalmente pude volar sobre sus alas.

MW

20 08

Tuvieron que pasar 5 años, largos, sus 1800 y tantos días y cada una de sus noches, para que yo te perdonara, y así lo hice. Y aunque no estuve sola, al principio si que pensaba en vos. Te lo dije al oído aquella noche, casi esquivando tus labios atrevidos. Hoy recuerdo aquella última noche cuando todo se había acabado ya. Cuando sabía que estabas con otra, que a otra era a quien amabas. Que era su rostro el que veías cada vez que me hacías el amor, y aún así quise aquella noche, la última, estar contigo. Lo admito, tuve que fingir como siempre lo hice, fingir que sentía con cada roce de tus manos, fingir estremecerme, fingir enamorarme, fingir que me dolía aquel adiós. Quería quedarme en tu piel un ratito, así fuera a punta de remordimientos. Esa vez sí quería.

Pero no, nunca hubo mejor prueba que lo que sentí aquella noche que verte tantos años después y tener la certeza de saberlo. Estando allí, tan distintas a lo que éramos, recordé haber disfrutado rozar tu espalda con la yema de mis dedos, que ni siquiera te quedaste a dormir, tu maleta roja, y tu cabello húmedo tras la partida. Te tomé una fotografía ¿recuerdas? con tu sweater lila, aún la conservo. Parece mentira repasar momentos como ese, después de tantos años y que la nostalgia arrope todo lo demás.

Te perdoné, dije-mientras bailábamos, muy abrazadas, como tantas veces lo habíamos hecho. Sentí tu olor totalmente ajeno. Nuevamente tus ganas-cuántas veces hicimos el amor, pensé-y hoy no poder recordar nada. Sólo aquel lunar de tu espalda y la forma de tus brazos balanceándose sobre mi. Nada. Y sí, me sentía superior, porque en esta historia yo fui la que triunfé. Me enamoré, te olvidé y volví a tus brazos siendo otra mujer. Pero después de que se termine esta, ya tu corazón no se volverá a acompasar con el mio nunca más.

MW

Vida Loca

A veces cuando salgo a la calle después de medio día y siento el sol lastimar mis ojos me siento viva. Parecerá una tontería pero es en ese momento y en ningún otro que vivo esa sensación. Al menos hoy fue así. A veces me asusta sentir lo que siento, me asombra, nunca y subrayo NUNCA había sentido las ganas de vivir que siento ahora. Necesito días de 48 horas…Tras esa sensación, el Hollywood que tengo empotrado en la cabeza termina por aterrarme. He llegado incluso a la paranoia de creer ver fantasmas, «porque sólo quienes están cerca a la muerte podemos verlos»…

Y no, no estoy loca, sólo intento de exorcisar mis miedos…Siempre me ha asustado el tema de la muerte, es una confesión que hice hace mucho mucho tiempo…pero a quién no????

Hoy, particularmente hoy, creo que mi miedo comienza por la felicidad. Si, parece una locura pero hay muchas cosas que ahora están saliendo muy bien en mi vida. Y ojo nada tiene que ver con mi situación sentimental que la verdad hace más de un año permanece inerme, no es bueno ni malo como diría Martiniano, sólo es.

Lo que más me preocupa es no poder bajarme del carrusel eterno que es mi vida de ahora, mi trabajo, mis negocios, mis ocupaciones con todo y preocupaciones y simplemente vivir. ¿Quién se puede dar ese lujo? ¿Quién puede vivir con varios trabajos y en una ciudad como la nuestra, que el carro se convierte en tu oficina y tu oficina en tu casa y tu casa en el anexo de tu oficina? ¿Será que justamente luego de morirme es que comenzaré a vivir?

«No tengo tu boca, no tengo tus ganas

y por más que intento ya no entiendo nada…

…de esta vida loca, loca, loca

con su loca realidad

que se ha vuelto loca, loca, loca

por buscar otro lugar

pero le provoca

este sufrimiento

y no me abandonona

porque a mí me toca

esta vida loca».

 Pancho Céspedes

Je T’aime

D’accord, il existait d’autres façons de se quitter
Quelques éclats de verres auraient peut être pu nous aider
Dans ce silence amer, j’ai décidé de pardonner
Les erreurs qu’on peut faire à trop s’aimer
D’accord la petite fille en moi souvent te réclamait
Presque comme une mère, tu me bordais, me protégeais
Je t’ai volé ce sang qu’on n’aurait pas dû partager
A bout de mots, de rêves je vais crier

Je t’aime, je t’aime
Comme un fou comme un soldat
Comme une star de cinéma
Je t’aime, je t’aime
Comme un loup comme un roi
Comme un homme que je ne suis pas
Tu vois, je t’aime comme ça

D’accord je t’ai confié tous mes sourires, tous mes secrets
Même ceux, dont seul un frère est le gardien inavoué
Dans cette maison de pierre,
Satan nous regardait danser
J’ai tant voulu la guerre de corps qui se faisaient la paix

Je t’aime, je t’aime
Comme un fou comme un soldat
Comme une star de cinéma
Je t’aime, je t’aime
Comme un loup comme un roi
Comme un homme que je ne suis pas
Tu vois, je t’aime comme ça

Je t’aime, je t’aime
Comme un fou comme un soldat
Comme une star de cinema
Je t’aime, je t’aime, je t’aime, je t’aime, je t’aime, je t’aime
Comme un loup comme un roi
Comme un homme que je ne suis pas
Tu vois, je t’aime comme ça

No al Hi.5

-Puedo pensar que esto de escribir parte de la vida de uno en un «diario» que lee cuanta gente quiere es todo un proceso que- como la vida misma- implica una evolución o una involución en ciertos casos.

-Entonces atrás quedan los «post» que intentaron alcanzar popularidad en la blogósfera; ser controversiales o repetir como ‘machines’ los textos publicados una y otra y otra vez en distintos sitios web sin reparar en su origen; o aquellos que invitan a los lectores a contestar un «cuestionarito» por aquello del feed back y tal…

-mmmm, no, todos igual se siguen leyendo.

-¿¿Dime cuántos te leen y te diré quién eres?? Acaso eso tiene que ver con madurez, es decir, los blogs también maduran???

-La verdad no lo sé. Creo que tiene que ver más bien con motivos, con ese por qué escribimos o por qué dejamos de hacerlo publicamente en ciertos y determinados momentos.

En estos días leía una entrevista en la que Jorge Drexler contestaba muy inteligentemente (para El Universal):

«No me gusta el ser humano cuando es muchedumbre»

-¿Qué pierde el ser humano al estar en masa?
La pregunta es muy buena. Pierde capacidad de reflexión, la sofisticación emocional. Se emociona sólo por cosas muy primarias, muy básicas. Por eso no me interesa ser artista de masas. No me interesa tocar cuatro teclas del común denominador de sentimientos. Me interesan todos los sentimientos. Me gustan la canción, la vida y la visión de la persona como una paleta amplia y no reducida, como pasa con la cultura de masas. Si quieres ser masivo, tienes que simplificar mucho. Me interesa que la gente escuche lo que hago. Me gusta ver que el número crece, pero no juzgo lo que hago por sus características cuantitativas sino por las cualitativas. Prefiero que a un concierto vayan cincuenta personas por las razones adecuadas que cinco mil por las equivocadas.

Hoy me pregunto si esta constante masificación que sin duda tiene que ver con la globalización no nos aleja de lo que somos, y nos distancia diametralmente de lo que queremos ser, simplemente por seguir a las masas??????

¿Nos cansaremos de la masificación?

Creo que mis razones HOY siguen siendo las mismas cuando empecé este espacio hace ya unos cuantos días y sus noches…y quien crea lo contrario que me lance la primera piedra. Por lo pronto yo le dije No al Hi.5…